Es absolutamente fundamental, en los cuatro aspectos, la realización de un estudio sociocultural previo a la restauración. El entorno no sólo comprende los aspectos biofísicos. Desde la Cumbre de Río, oficialmente, y desde principios de los años 1970, se viene demostrando, institucional y científicamente, que cualquier proyecto de intervención en el medio, ya sea de alteración (por ejemplo, minería) o de recostrucción (por ejemplo, cierre de explotación minera) requiere, para su éxito (es decir, su sostenibilidad ambiental, social y económica) de la consideración de los actores sociales vinculados al proyecto de forma directa o indirecta. En lenguaje corporativo, los 'stakeholders' del proyecto. Para un proyecto de restauración exitoso, es fundamental trazar una línea histórica de los usos del entorno de los diferentes actores locales. La dimensión sociocultural de la restauración debería incluir un estudio de desarrollo local potencial, incluyendo recursos y saberes tradicionales, materiales e inmateriales, a menudo amenazados (o extinguidos) por las propias características de la explotación minera como actividad económica (absorción de capacidad inversora, concentración económica monosectorial -vs diversificación-...). En nuestro grupo de investigación llevamos más de dos décadas analizando procesos de este tipo, y las conclusiones siempre apuntan los mismos planteamientos: si los proyectos no incluyen la dimensión social, no serán exitosos. Sostenibles.

Diferenciar las explotaciones en función del tipo de material a extraer, la superficie afectada, la existencia o no de escombreras y/o estériles, la duración de la misma...etc. Por ejemplo, no debería tener el mismo 'dificil procedimiento' administrativo de autorización una extracción de áridos con una superficie inferior a 2 ha que otra de las mismas caracteristicas pero de superficies mayores a 5 ha, ni una que plantea un periodo de actividad inferior a 3-4 años, que aquellas que se conceden para plazos superiores a 10-30 años. Tampoco debería exigirse las mismas finalidades de restauración: para cada caso un analisis concreto, ya que se dan casos que pequeñas extracciones de aridos donde se exige una restauración para uso recreativo en sitios donde por sus condiciones, ubicación, y antecedentes lo mas viable y razonable medioambientalmente, es una restauración para uso agrícola. No debería generalizarse el destino final de los terrenos restaurados. El uso recreativo o de reforestacion no siempre es lo mejor.....Debe flexibilizarse y fomentar el uso agrícola posterior en aquellos casos en los que sea posible. En definitiva, no hacer creer que la mineria origina catastrofes medioambientales, sino que la mineria es una necesidad ancestral,que aporta necesidades básicas de la sociedad, porque no olvidemos que 'todo lo que no se cultiva, se extrae', y que efectivamente la restauración es una necesidad de obligado cumplimiento, pero aplicando el sentido comun, la lógica y no buscan utopias imposibles de aplicar para los pequeños extractores locales o comarcales.... de pequeña entidad.

Exigir modelos de restauración geomorfológica estables ecológicamente tipo GeoFluv.Facilitar la creación de tecnosuelos.

Se deben incluir indicadores ecológicos para evaluar el éxito de la restauración en función de los objetivos establecidos y poder realizar una gestión adaptativa de las medidas de restauración. De esta forma, se garantizará que las devoluciones de las garantías de restauración tienen lugar cuando la restauración está realmente funcionando

Está claro que la actividad minería altera y degrada el terreno, pero a la vez, permiten descubrir aspectos de gran interés científico que deben ser protegidos y puestos en valor (geológicos, paleontológicos, mineros, etc.). La mayoría de los actuales diseños de restauración, por no decir todos, aplicadas a las zonas mineras tras su abandono definitivo, de obligado cumplimiento por el Real Decreto 975/2009, de 12 de junio, sobre gestión de los residuos de las industrias extractivas, amenazan con ocultar y enterrar definitivamente este patrimonio (geológico, paleontológico, minero), despreciando e ignorando el excepcional valor que representan, y con ello, la posibilidad de extraer el valor científico que ofrecen (potencialidad como recurso didáctico, educativo, museístico, etc.), o su potencial socioeconómico (turístico, etc.), que podría aportar beneficios al entorno en el que se sitúan.Entiendo que es fundamental y de vital importancia, efectuar un estudio previo de los terrenos afectados por un equipo multidisciplinar, que permita conocer la existencia de posibles elementos de interés a “salvaguardar” de los trabajos de restauración y poner en valor. Propongo, que en la redacción de la Plan de Abandono definitivo de las labores mineras, sea obligatorio desarrollar un capítulo con una metodología que permita recuperar y preservar los posibles aspectos antes mencionados, como parte del patrimonio natural de la localidad en la que se encuentra, añadiendo a su indiscutible valor científico, un valor socioeconómico similar al otorgado a un “recurso minero”, y que permita implementar actuaciones y nuevas oportunidades a las zonas degradadas por la minería.

Destacar que la Junta NO facilita texto alguno que se pueda valorar. Es muy interesante que la minería se desarrolle con todas las garantías y exigencias y para ello es necesario la participación ciudadana y para que esto ocurra TODAS LAS PETICIONES DE MINERÍA deben salir a información pública.