Respecto a la Mesa del Lobo, si se trata de crear un verdadero órgano de participación e intercambio de experiencias entre todos los sectores sociales implicados en la adecuada gestión y conservación de la especie, no tiene sentido la existencia de vocalías natas formadas por personas de la Administración. Como mucho sería conveniente que la presidencia del órgano la ostentase el - Coordinador del Plan de Conservación y Gestión del Lobo en Castilla y León, en lugar del Consejero, cuya presencia aquí sería realmente innecesaria. Del mismo modo la Vicepresidencia podría desempeñarla alguien ajeno a la Administración.Respecto del Comité Científico, también podría recaer la presidencia en el Coordinador del Plan del Lobo y dejar el resto de las vocalías para expertos ajenos a la Administración de la Comunidad. Respecto de las vocalías electivas, se citan 'Tres personas de reconocido prestigio en materia de conocimiento sobre la especie' que parece que nuevamente van a ser designadas por la propia Administración. También se citan dos personas de reconocido prestigio en materia de gestión de la ganadería extensiva, a propuesta por la dirección general competente en materia deganadería, y por lo tanto también designadas por la propia Administración autonómica. Al final con ello se contribuye a crear órganos endogámicos o controlados por la propia Administración que los crea. Sería más adecuado en el caso del Comité científico que todos los miembros fueran realmente independientes de la Administración que crea el órgano y se estableciera en la normativa un concurso en el que pudieran presentar su currículum todas las personas de relevancia científica en esta materia, para hacer así un procedimiento público en el que se eligieran realmente a los más expertos en la materia. De lo contrario llamarlo científico puede ser muy discutible.

Hay un sector social fundamental que no está representado: la población local. Obviamente habrá ganaderos, agricultores, conservacionistas o cazadores autóctonos que se sientan identificados con algunos de los miembros de las vocalías. En cambio existen también otros ciudadanos que ajenos a dichas actividades conviven con el Lobo.Por tanto tendrán opinión pero no veo cómo puede ser escuchada y tenida en cuenta con la composición y actual funcionamiento de la Mesa.Los planes del Lobo no pueden obviar los espacios naturales y rurales donde vive el cánido y muchos menos a su población. La pérdida demográfica, el envejecimiento, la falta de servicios, oportunidades y de actividad económica, y otros problemas y preocupaciones de la población local, no pueden pasar desapercibidos cuando se pretende legislar uno de los bienes y posible motor de desarrollo de estas zonas deprimidas: El Lobo.