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BECERRADAS


Código de la propuesta: CYL-2020-06-6515

Es un contrasentido que, en las becerradas que intervienen activamente meros aficionados, las reses puedan ser estoqueadas en presencia de público (aunque lo haga el director de lidia), pero no se permita apuntillarlas en público sino “en las dependencias de la plaza” (Decreto 57/2008, art. 3.e). Por ello, cuando intervengan aficionados, y debido a su impericia radical como “simples” aficionados, debería PROHIBIRSE taxativamente, también, que éstos CLAVEN BANDERILLAS a las reses. No es de recibo que personas comunes y corrientes, que trabajan o estudian en áreas tan absolutamente disociadas del contacto con un animal, como pueden ser: camarero/a, panadero/a, oficinista, fontanero/a, amo/a de casa, estudiante/a, etc., puedan, por el mero hecho de “auto-proclamarse” aficionados, clavar banderillas a los becerros, en cualquier parte del cuerpo, como de hecho lo hacen, incluso en el morro (hay fotos). Asimismo, a los efectos de congruencia, cuando intervengan aficionados, debería PROHIBIRSE que los becerros sean estoqueados en presencia de público; dada la tierna edad de estas reses, muchas de las cuales dan berridos llamando a sus madres mientras son lidiadas, deberían ser introducidas en dependencias de la plaza y proceder a su ATURDIMIENTO PREVIO (con pistola de émbolo cautivo) y a su desangrado por los medios más humanitarios posibles.Los alumnos “avanzados” de escuelas taurinas no deberían participar en becerradas. Los alumnos “neófitos” y “menos avanzados” de escuelas taurinas podrían participar en becerradas pero sólo en su vertiente “lidia” (sin muerte a estoque, entendiendo que los conceptos “lidiar” y “estoquear” están suficientemente diferenciados y delimitados en el Decreto 57/2008, art. 60.3); pues, para ello, ya disponen de las clases prácticas y demás actividades específicas de las escuelas taurinas, sin presencia de público.