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La ideología de género es ilegal

Anónimo#173263 Anónimo#173263  •  28/09/2019  •  Sin comentarios

Código de la propuesta: CYL-2019-09-5692

El uso de la sexualidad no es lo mismo que la naturaleza biológica, sólo se nace hombre o mujer, y por tanto, la homosexualidad no puede considerarse como un tercer sexo ya que hay distintas preferencias sexuales que también siguen siendo consideradas enfermedades mentales e incluso hasta perversidad sexual según sea la preferencia sexual y no por ese motivo serán reconocidos como grupos o comunidades especiales y privilegiadas por encima de la naturaleza biológica. El estado carece de facultades para imponer y disponer de la naturaleza humana ya que eso se considera esclavitud y además estaría discriminando a un grupo biológico natural para imponer una ideología mental. El estado atenta contra la naturaleza biológica de los niños y niñas al imponer una ideología mental induciendo a la homosexualidad y con ello transgrede el derecho de los niños y niñas a un sano desarrollo. Conforme a lo anterior, el estado no debe influir y mucho menos disponer de cómo han de usar su sexualidad los niños y niñas ya que el uso de la sexualidad está asignado por naturaleza biológica. No existe ningún tercer sexo, se nace hombre o mujer, niño o niña. La ideología de género es una cuestión mental, una inducción, un adoctrinamiento y atenta contra la libertad y sano desarrollo de los niños y niñas ya que de manera a priori ya los induce a pensar en lo que naturalmente no son. Los NIÑOS Y NIÑAS tienen derecho a un sano desarrollo donde el deber constitucional del estado en las políticas públicas es PROTEGER ESE SANO DESARROLLO. La ideología de género es totalmente una contradicción al sano desarrollo de los niños y niñas ya que con dicha ideología el estado incumple con la obligación que por derecho le corresponde cumplir como lo es que debe proteger el sano desarrollo de los niños y niñas y no debe inducirlos a una mentalidad contraria a su naturaleza humana, a lo que no son y mucho menos debe disponer de cómo han de usar su sexualidad ya que es inherente a la naturaleza humana no al estado, no es propiedad de ningún gobierno, y por tanto, no son esclavos del gobierno como para que éste influya y los induzca a la homosexualidad en cualquiera de sus formas atentando contra la naturaleza humana y el sano desarrollo de los niños y niñas.