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¿MENOS ENFERMEROS...?

Anónimo#146000 Anónimo#146000  •  31/01/2019  •  1 comentario

Código de la propuesta: CYL-2019-01-5238

Según sus propios números, las alarmantes cifras en Castilla y León indican que el proceso de envejecimiento es más acusado que el experimentado en el contexto español y europeo.El aumento de la esperanza de vida provoca una inversión en la tendencia demográfica. Las enfermedades crónicas y degenerativas provocan un cambio epidemiológico global con un aumento de las personas dependientes.La utilización masiva de los servicios sanitarios, particularmente por la población mayor, implica un incremento importante en el gasto sanitario ya que las personas mayores precisan en mayor medida de atención sanitaria.Ante este panorama, el nuevo modelo de atención centrada en la persona puede intentar alejarse del carácter hospitalario pero es inviable que no lleve implícita una atención sanitaria.Consideran, que la actividad principal en los centros residenciales se debe orientar a asimilar la vida cotidiana al entorno familiar, ya que los usuarios de estos centros no son enfermos, o no lo son más que los que residen en viviendas convencionales pero es clara la preferencia las personas sobre los modelos de vida y recursos para afrontar la dependencia, el que puede se queda en su casa y los usuarios de estos centros, por lo general, si son más enfermos y más dependientes que el resto.Dependencia y enfermedad no son sinónimos, pero no nos engañemos, dependencia y salud tampoco y es evidente que la mayoría de las personas dependientes usuarias de estos centros presentan pluripatologías complejas que hacen difícil desligar la atención social de la sanitaria.La disminución de los enfermeros en estos centros conlleva no únicamente una falta de cuidados a las enfermedades de estas personas sino además, una disminución de la promoción de la salud y de la prevención de nuevas enfermedades.Convalidar las plazas reservadas para enfermería en los centros residenciales como plazas para residentes supondría un incremento importante de los ingresos hospitalarios y una grave merma de la calidad de vida de los usuarios.En este modelo de atención, los usuarios toman las decisiones sobre su proyecto de vida, pregúntenles si quieren tener un enfermero cerca y escúchenles, porque nuestros mayores demandan cuidados sanitarios.Disminuir el número de enfermeros en los centros residenciales en base a una mayor colaboración con el sistema público de salud implica quitarles en un lado y ponerles en otro. No cambian los técnicos que intervienen, sino simplemente quién les paga, si es que la prestación de cuidados se mantiene. Esta drástica reducción que deja a los centro de menos de 60 usuarios sin una hora de enfermería, sobrecargará a las enfermeras de la ya saturada Atención Primaria, máxime si tenemos en cuenta que la mayor parte de las empresas del sector residencial para la atención a las personas mayores son de pequeñas dimensiones.En cuanto a la formación complementaria de los profesionales técnicos en dependencia, discapacidad, geriatría, gerontología etc. Les recordamos que dentro de la enfermería existe la especialidad de Enfermería Geriátrica, formada ya en todos estos temas, y a la que la Gerencia de Servicios Sociales ignora completamente.
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  • Administrador #1  •  20/09/2019 12:46:20

    Muchas gracias por su participación. Una vez examinadas y estudiadas en conjunto todas las observaciones que se han planteado y las aportaciones realizadas al proyecto de Decreto de autorización y funcionamiento de los centros de carácter social para la atención a las personas mayores de Castilla y León, tanto a través de este espacio de participación ciudadana como a través de otros trámites de audiencia, nos complace remitirle el tratamiento dado a sus observaciones.Compartimos su preocupación por la situación sociodemográfica de Castilla y León con relación al envejecimiento de la población y que muy detalladamente se expone en la memoria publicada que acompaña al decreto (páginas 7 a 76). No obstante, no parece adecuado calificar esta situación de epidemiológica y achacar a las personas mayores los costes que suponen la atención sanitaria universal que, como derecho asiste a la ciudadanía en nuestro país.La mayor parte de las personas que deciden ir a vivir a una residencia, lo hace por no contar con los apoyos necesarios en su domicilio para seguir viviendo con calidad. Lo que sí es evidente es que todas las personas desean vivir en un ambiente hogareño lo más parecido posible a su domicilio.Para la elaboración del proyecto de decreto se ha tenido en cuenta los resultados del pilotaje de la metodología del proyecto “en mi casa” que se realizó durante cuatro años con una muestra cercana a las 2.000 personas. Se puede consultar los detalles de este pilotaje que se encuentran descritos sucintamente en la memoria que acompaña al proyecto de decreto (página 77 y siguientes). En esta misma memoria se menciona expresamente la evaluación de esta experiencia que se realizó con metodología científica. Entre los resultados obtenidos, se indica que, sin excepción, el nuevo modelo procuraba mayores niveles de calidad de vida en todas las personas evaluadas, siendo especialmente beneficioso para las personas dependientes que presentaban deterioro cognitivo. Además la misma evaluación constató que el nuevo modelo mejoraba la satisfacción de los profesionales y de los familiares de los usuarios.En este sentido, existe evidencia científica suficiente que han avalado los aspectos que regula el proyecto de decreto.En definitiva, y con independencia de la situación de dependencia y de las circunstancias sociales y de salud física y psicológica de las personas, el modelo de atención que soporta esta norma cumple su principal finalidad que no es otra que garantizar la calidad de vida de las personas usuarias de los centros residenciales.Por otra parte, la planificación de los dispositivos sanitarios en correspondencia a la cartera de servicios en vigor del sistema sanitario público, no es objeto del presente proyecto de Decreto sino que debe desarrollarse dentro del marco jurídico de la Ley 16/2003, de 28 de mayo, de Cohesión y Calidad del Sistema Nacional de SaludPor último y compartiendo el papel importante de los profesionales de la enfermería en la atención de la salud de las personas desde una consideración global, multidimensional y preventiva, no es menos cierto que existen otras titulaciones, igualmente con formación sanitaria con un peso relevante, como puede observarse en la redacción del artículo 36 en el predominan este tipo de titulaciones entre las mencionadas. Todo ello, sin perjuicio de las garantías que se establecen en el periodo transitorio para seguir manteniendo un adecuado nivel de atención en el proceso de implantación del nuevo decreto.

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