Código de la propuesta: CYL-2019-01-5232
Vergüenza ajena da leer este decreto , parece que las cabezas pensantes desde su sillón o los directores de las residencias no han pisado una en la vida. Asimilar una residencia habitual a un domicilio o que no son personas enfermas... etc pero si precisamente la mayoría de las personas mayores que van a una residencia es porque precisamente no pueden seguir viviendo en su domicilio porque tienen muchas patologías. Señores pocos, muy pocos que están sanos y perfectamente optan por una residencia.Lo que más necesitan y precisamente lo que más valoran ( solo hace falta ver la publicidad de cualquier residencia) es el personal sanitario y lo queréis reducir a la mínima expresión. Una residencia con 60 plazas como la que yo conozco y con la mayor parte no validos necesita medico enfermería y fisioterapeuta así como personal de atención directa muchísimas más horas de las que planteáis . Un persona a cargo de 60 por la noche no es capaz ni de levantarle del suelo si se cae un residente. Vergüenza os tenía que dar plantear lo que estáis planteando. Lo que si se tiene que vigilar es que se tiene el personal contratado que con la excusa de que no encuentran a nadie hay montones de residencias sin enfermera (que van a encontrar con la miseria de sueldo que se pagan) .
Muchas gracias por su participación. Una vez examinadas y estudiadas en conjunto todas las observaciones que se han planteado y las aportaciones realizadas al proyecto de Decreto de autorización y funcionamiento de los centros de carácter social para la atención a las personas mayores de Castilla y León, tanto a través de este espacio de participación ciudadana como a través de otros trámites de audiencia, nos complace remitirle el tratamiento dado a sus observaciones.La elaboración del decreto ha tenido como base experiencial para su elaboración el pilotaje de la metodología del proyecto “en mi casa” durante cuatro años y con una muestra cercana a las 2.000 personas usuarias. Los detalles de este pilotaje que se encuentran descritos sucintamente en la memoria que acompaña al proyecto de decreto (página 77 y siguientes), especifica igualmente cómo se ha realizado la evaluación de la experiencia, con metodología científica. En la misma, se ha obtenido, entre otras conclusiones que, sin excepción, el nuevo modelo procuraba mayores niveles de calidad de vida en todas las personas evaluadas, siendo especialmente beneficioso para las personas dependientes que presentaban deterioro cognitivo. Además, la misma evaluación constató que el nuevo modelo mejoraba la satisfacción de los profesionales y de los familiares de los usuarios.En este sentido existe evidencia científica suficiente que han avalado los aspectos que regula el proyecto de decreto.Por otra parte, entre las titulaciones que se exige al personal técnico predominan mayoritariamente aquellas que implican formación sanitaria, todo ello sin perjuicio de las garantías que se establecen en el periodo transitorio para seguir mantener un adecuado nivel de atención en el proceso de implantación del nuevo decreto.Con relación a la ratio que se menciona, señalar que ya se aplicaba en los mismos términos desde el año 2001 y no se ha detectado deficiencias de atención.Debe considerar que la decisión de una persona de ir a vivir a un centro residencial no es por el hecho de estar enfermo, sino, mayoritariamente, por no poder seguir viviendo con calidad en su casa por falta de apoyos. La principal función de un centro residencial es proporcionar unos cuidados que permitan a la persona mayor vivir con calidad y no la curación de la salud que corresponde a otro tipo de establecimientos, con otros profesionales específicamente preparados y con un nivel tecnológico adecuado a ese tipo de problemáticas.