Código de la propuesta: CYL-2018-04-4651
El objetivo del programa debe estar claro y ser público, para que pueda juzgarse si dicho objetivo se cumple o no.Ese objetivo debería ser la reducción y, a ser posible, desaparición de los incendios intencionados en toda la Comunidad y en un determinado plazo de tiempo.No puede ser que el objetivo de este programa, declarado o no declarado, sea la reducción de las críticas a la actuación de la administración mediante la fórmula de conceder a aquellos que realizan esas críticas todo aquello que pidan, e independientemente de los beneficios o perjuicios que para la sociedad en general causen las actuaciones realizadas.Todo esto a la vez que se mantiene el número anual de incendios intencionados o que se quema la misma o mayor cantidad de superficie anual por la vía de quemar esa superficie a través de los incendios o de forma autorizada.En ese caso lo que se estará haciendo es establecer a los incendiarios como únicos interlocutores con los que tratar sobre lo que se debe o no se debe hacer y además concediéndoles el derecho a imponer lo que les parezca.Es demostrable, con experiencias y resultados en diferentes partes de Castilla y León y tanto en tiempos pasados como actuales, que la solución definitiva a los incendios intencionados pasa fundamentalmente por la conservación, gestión y explotación del arbolado para obtener tanto beneficios directos: madera, leña, pastos, setas, miel, resina, castañas, etc.; como indirectos: sumideros de CO2, mejora del suelo, aumento de la biodiversidad, etc.; beneficios estos últimos que además recibe toda la sociedad.Ejemplos como la Sierra de la Demanda, las dehesas Salmantinas o la Tierra de Pinares, sirven para demostrar lo indicado.Al mismo tiempo que se puede conseguir lo indicado, mediante una adecuada gestión, es posible llevar, y mantener una vez que se consigue, a las masas arboladas a unas determinadas condiciones en las que la aparición de un incendio no va a suponer la destrucción del arbolado, sino que será una perturbación más que el monte puede asumir, al igual que asume otras como la sequía, heladas tardías, etc.Por otra parte, es igual de demostrable que los incendios intencionados están fundamentalmente relacionados con la perpetuación de masas de matorral, para que, mediante la quema periódica y el posterior rebrote del matorral, puedan seguirse realizando aquellos usos que necesitan esa periódica eliminación del matorral, fundamentalmente pastoreo y caza de especies de caza menor.Teniendo esto en cuenta, que la existencia de arbolado acaba eliminando los incendios intencionados y que ese arbolado puede gestionarse para que a la vez que se obtienen beneficios del mismo este puede ser resistente a los incendios, el programa a poner en marcha debería tener como principal línea de actuación el generar las condiciones necesarias para la progresiva sustitución de matorrales por arbolado y para que se realice una gestión del arbolado que genere los beneficios indicados y permita esa resistencia frente al fuego.Para conseguirlo, se propone que el programa realice las siguientes actuaciones:• Divulgación del proceso de gestión del arbolado capaz de generar los beneficios indicados y de conseguir esas estructuras de vegetación resistentes frente al fuego (realización de publicaciones escritas y de audiovisuales, organización de visitas a lugares concretos, etc.).• Divulgación del proceso necesario para transformar matorrales en arbolado que cumpla las condiciones del punto anterior y del tiempo necesario para que dicho proceso culmine, indicando las necesidades de actuación en cada territorio, en función de sus características de suelo, clima, etc. (actuaciones del mismo tipo que las descritas en el punto anterior).• Impulso de las actuaciones necesarias para que la gestión del arbolado genere los beneficios indicados y alcance las condiciones de resistencia frente al fuego ya indicadas (elaboración de manuales de gestión en los que se indiquen las actuaciones a realizar para conseguir esa situación en función de los condicionantes ambientales y de diferentes situaciones de partida, impulso de actuaciones como las quemas prescritas bajo arbolado que permitan conseguir los objetivos indicados, regulación del pastoreo en todo tipo de montes, etc.).• Impulso de las actuaciones necesarias para realizar esa transformación de matorrales en zonas arboladas (promoción de las líneas de subvenciones existentes para la realización de reforestaciones, impulso de programas de organización del territorio para permitir la regeneración natural del arbolado, organización de los particulares para permitir la gestión conjunta de terrenos particulares, etc.) y también para la transformación de matorrales en zonas de pasto (el mismo tipo de actuaciones dirigidas a realizar roza de matorrales, mejora de praderas, etc.).• Condicionar la autorización de usos del territorio que pueden impedir esa transformación de matorrales en zonas arboladas y zonas de pasto a que dichos usos no impidan o retrasen ese proceso de transformación.• Establecer y aplicar medidas que eliminen o reduzcan los inconvenientes que aparezcan durante el tiempo necesario para finalizar ese proceso de transformación descrito (protección frente al fuego de los cascos urbanos y de las construcciones necesarias, vallados para evitar daños de la fauna, promoción de las especies y de los sistemas de caza que permitan y faciliten la aplicación del proceso expuesto, etc.).• Establecer un sistema por el que las actuaciones e inversiones vayan dirigidas fundamentalmente a aquellos lugares comprometidos con un proceso que deba culminar con la desaparición de los incendios intencionados y la configuración de un paisaje capaz de generar los beneficios indicados y que estos puedan conseguirse en ausencia de incendios.• Promover, impulsar y ejecutar en la medida en que sea posible, sistemas de gestión conjunta de la propiedad forestal privada (especialmente en los lugares de minifundio), con la finalidad de gestionar esa propiedad para alcanzar los objetivos indicados en los puntos anteriores (creación y puesta en marcha de cooperativas de gestión del territorio o de sociedades con el mismo fin).Se considera que, si se ponen en marcha las líneas de actuación propuestas, se aplican sobre el territorio necesario y se mantienen durante el tiempo que se precise, es posible llegar a una situación en la que los incendios intencionados o no existan o su número sea muy reducido.Pero además de aplicar esas líneas de actuación, se debe evitar realizar otras actuaciones que no solo van a impedir que lo indicado pueda aplicarse, sino que van a perpetuar las situaciones que hacen que existan los incendios intencionados.Estas actuaciones a no realizar serían las siguientes:• Ahondar, por acción o por omisión, en la criminalización que parte de la sociedad hace de la gestión de los montes arbolados y de los procesos de restauración del arbolado, ya que mantener o aumentar esa criminalización es fomentar la aparición de incendios intencionados que además se van a producir sobre las masas arboladas ya existentes, generando nuevas superficies de matorral y ampliando los problemas preexistentes.• Favorecer y promocionar de forma indiscriminada aquellos usos que impidan la realización del proceso expuesto (rozas para pasto que eliminan arbolado, aprovechamiento de pastos sin ningún tipo de control ni regulación o fomento de la caza de aquellas especies que necesitan la quema periódica de matorrales para poder seguir cazándose) o que lo ralenticen de tal manera que lo hagan ineficaz.• Legitimar el uso del fuego para la eliminación de matorral y aumentar determinada percepción social sobre la ausencia de perjuicios por la quema de matorrales, lo cual supone que siga existiendo (sino incrementándose) la actual tolerancia social con los incendiarios.Este efecto se produce por la promoción de las quemas autorizadas de matorral y por la aplicación de esas quemas sin ningún criterio condicionador y sin incluirlas en una organización del territorio y en una programación destinada a excluir a parte del territorio de ese proceso de quema periódica de matorrales.• Implementar, consciente o inconscientemente, un sistema por el que la atención, las inversiones y las actuaciones se destinan a aquellos lugares en los que la situación existente hace que se perpetúe el problema de los incendios intencionados y la quema de la superficie forestal, mientras que al mismo tiempo se abandona a aquellos otros lugares que sí apuestan por un proceso de transformación de la situación actual hacia otra en la que los incendios intencionados no tengan razón de existir.Esto no solo hace que se perpetúe esa situación de incendios intencionados, sino que hace que se sumen a esa situación nuevas zonas en las que se provocan incendios con la finalidad de atraer esas inversiones y actuaciones.
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