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Situar los AREC en los ríos más productivos y con mayor capacidad de carga

Código de la propuesta: CYL-2017-10-4331

En la actualidad gran parte de los AREC están situados en aguas muy poco productivas y con baja capacidad reproductiva. Por el contrario, en numerosos ríos con poblaciones más dinámicas y muy buenas condiciones para la reproducción no existe ningún tramo dónde se pueda realizar una pesca extractiva controlada.Por tanto, debería ampliarse notablemente el número de AREC en aquellos tramos más productivos. En concreto, en el caso de León existen un número muy bajo de AREC en relación a su potencial truchero (hay menos AREC que en Burgos o Soria a pesar de contar con muchos más kilómetros truchos) y además no hay prácticamente ninguno en tramos de montaña, que son los tramos más productivos.Por ello, se solicita incorporar nuevos AREC en ríos de montaña que cuentan con buenas poblaciones trucheras, ya que no se justifica que en ellos no haya ninguno y sí en tramos con bajísimas densidades de truchas. Con ejemplo, ríos como el Yuso, Orza, alto Esla, Cares, Curueño, Torío, Casares, alto Luna, Torrestío, Omaña, Vallegordo, Duerna, Selmo, Valcárce, Ancares, Boeza (y otros muchos de menor tamaño) no tienen ni un solo tramo AREC y, sin duda, la capacidad reproductiva de estos ríos es mejor que otros de la comunidad que cuentan con ellos (Oca, Cidacos, Gta. De la Yedra, por citar algunos ejemplos). ¿De verdad en estos ríos las poblaciones trucheras son tan bajas que no pueden permitir una pesca sostenible de 2-4 truchas durante unos días al año sin comprometer su población? No es creíble teniendo en cuenta que muchos de los cotos con muerte cuentan con buenas poblaciones trucheras y que la presión pesquera era mucho mayor hace años y las poblaciones eran buenas. Además, la escasez de AREC es discriminatoria para la población de zonas de montaña, que se ve privado del acceso a la pesca en su territorio, perdiéndose así otro de los elementos culturales más relevantes del medio rural. Lo siguiente será prohibir cortar árboles por miedo a perder el bosque, en vez de hacer una explotación sostenible, pudiendo coger ejemplares de forma ordenada.